No digo nada nuevo si digo que los trabajadores – y especialmente los trabajadores jubilados – son el blanco predilecto de los ajustadores. 

El reciente veto al paupérrimo aumento que los legisladores habían concedido a los jubilados nacionales, fue una muestra más de que estos “motochorros vip” privilegian a la tercera edad como víctimas de sus correrías.