
El llamado a una reforma de la Constitución Provincial debería ser un hecho social de máxima importancia ya que se pone sobre la mesa allí, todo el andamiaje de derechos y las formas de organización política.
Vale no confundirse con la consigna de Asamblea General Constituyente que han usado muchas veces los partidos de izquierda para plantear la necesidad de cambiar desde la base toda la organización social y política. Pero nada de todo esto va a pasar en esta reforma constitucional que como dice el título, está blindada.
Por Miguel Espinaco