Nada más lejos de eso. Milei, pese su incurable mediocridad, apenas es capaz de recitar de memoria un solo pensamiento, el libertario, de una sola ciencia, la economía, todo el resto se lo deja a los equipos que importó del tercero en las elecciones, sin embargo, su gobierno tiene una lógica muy consistente.
Por Ariel Petruccelli.
Hace muchos años, mientras reflexionábamos juntos sobre las debilidades e inconsistencias de las posiciones políticas que acostumbramos llamar “posibilismo” o “malmenorismo”, un buen amigo me dijo: “van a terminar votando a Mussolini para que no gane Hitler”