Pasaron ya varios días de la muerte de Nora Cortiñas y aún no nos hacemos a la idea de su ausencia física. El jueves 6 de junio, al cumplirse una semana de su partida, la ronda de las madres se convirtió en una celebración de su vida y su lucha. Sin duda, Norita estaba presente allí, como lo estuvo tantos jueves, reclamando contra todas las injusticias sociales.
Después de ser las primeras en plantarle cara a la dictadura de manera unificada en el lejano 1977, las Madres de los detenidos desaparecidos y Abuelas de niños y niñas (hoy adultos) expropiados, continúan cada jueves dando vueltas alrededor de la pirámide de la Plaza de Mayo, nombrando a cada una de las víctimas del genocidio y respondiendo ¡Presente!, ante cada uno de ellos. Representan esa llama piloto desde la cual encender la resistencia y las luchas que vendrán.
A los 93 años, murió Hebe Pastor de Bonafini, Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo e histórica luchadora contra la última dictadura militar y por el juicio y castigo a los responsables.
Hebe, a quien el estado terrorista secuestró a dos de sus hijos y a su nuera, inició su lucha con su búsqueda y el reclamo por su aparición con vida, así como la de las decenas de miles de desaparecidos y desaparecidas.
Argentina 1985 se ha convertido en un éxito de taquilla con más de un millón de entradas vendidas, y seguramente también tendrá un éxito importante en las plataformas. Justo es decir que ha generado un debate, sobre todo en sectores militantes de derechos humanos e intelectuales y quizás también, aunque más dudoso, en el denominado “gran público”. Si bien todo hecho artístico expresa razones ideológicas, inevitablemente, como Argentina 1985 aborda hechos históricos recientes desde determinadas miradas políticas, merece no solo una crítica estética, sino una clara delimitación de estas miradas.