Por José Miguel Bonilla Tortorello
A tres meses de iniciado el actual gobierno, los ecos de lo refundacional de la revolución del épico 18 de octubre de 2019 han quedado atrás. Los signos de continuidad del régimen neoliberal son demasiado evidentes. Una cosa es cantar a capella, otra muy diferente es con guitarra. Boric, exdirigente estudiantil que con incendiaria filípica emplazara por allá en el 2011 al gobierno de Piñera, por temas de los créditos estudiantiles onerosos, se da cuenta que es mejor mirar hacia los poderes fácticos que al pueblo. La incorporación de antiguos funcionarios de la Concertación, que gobernó 20 años el país, no se dejó esperar, lo que convierte al bloque Frente Amplio PC en una versión Concertación 2.0 donde el principal representante de Boric es su factótum ministro de Hacienda Mario Marcel, eximio recitador del Corán neoliberal. En la Dictadura, el general Pinochet decía que sin él no se movía una hoja, para Hacienda no se borra ni una coma del recetario neoliberal. Ha bastado un par de pataletas del gran empresariado, para que el gobierno de Boric apelara en la cuenta pública a un soporífero y almibarado discurso llamando a la “unidad nacional”. Pero observemos otros signos que reflejan que el recién estrenado gobierno se para en la otra orilla de la clase trabajadora.
Uno de los primeros desafíos del gobierno fue la votación del quinto retiro en el Parlamento. Como ya sabemos, la mayoría de la clase trabajadora está en contra del actual sistema de pensiones, controlado por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs) y Aseguradoras privadas. Este sistema demostró, en los últimos 30 años, ser una enorme fuente de lucros para sus dueños y una verdadera tragedia para la clase trabajadora, pagando pensiones miserables a los jubilados. Así, desde el inicio de la pandemia, la mayoría de los trabajadores exigimos el retiro de nuestros fondos de ahorro para financiar nuestras necesidades, ya que entendimos rápidamente que los trabajadores deberíamos “arreglarnos por las nuestras”. El temor a un nuevo estallido social hizo que el Congreso aprobara los 3 primeros retiros de los 10%, con la férrea oposición de Piñera. Boric, el Frente Amplio y el Partido Comunista defendieron los retiros y votaron a favor de todos los retiros hasta el cuarto, cuando Boric todavía no era presidente. En su opinión, lo que justificaba el cuarto retiro era que se había terminado el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la población seguía necesitando retirar su ahorro para poder sobrevivir. Sin embargo, su posición cambió totalmente con el quinto retiro, cuando ya estaba en el gobierno. Y no es que la población hoy esté en mejores condiciones, que los sueldos hayan aumentado cualitativamente o que exista algún bono como el IFE de Piñera. Nada de eso. Simplemente Boric pasó a priorizar los intereses de los dueños de las AFPs y no del pueblo trabajador. Así, el quinto retiro fue rechazado en la Cámara, con votos contrarios de la mayoría del Partido Comunista, Frente Amplio y abstenciones del Partido Socialista. La maniobra del gobierno de proponer un “quinto retiro acotado”, solo en caso de pagos de deudas o compra de primera vivienda, tampoco alcanzó los votos necesarios. Así, las AFPs se quedaron tranquilas y los trabajadores seguimos sin tener acceso a nuestro dinero ahorrado, que seguirá proporcionando jugosas ganancias a las AFPs. Solo entre enero y septiembre de 2021 las AFPs tuvieron ganancias por más de 283 mil millones de pesos, mientras todos los Fondos de ahorro tuvieron pérdidas, que “naturalmente” son traspasadas a nuestras pensiones. Así, se perpetua el saqueo de nuestras pensiones, ahora bajo un gobierno “de izquierda” que supuestamente es “contrario a las AFPs”.El rechazo al quinto retiro fue la primera decepción de parte importante de los trabajadores con el nuevo gobierno. Últimamente los mismos partidos en el poder que están representados en la Convención, entidad redactora de la nueva Constitución, esto es los partidos Socialista, Comunista y Frente Amplio han votado por un futuro sistema de seguridad social cuya verdadera profundidad o alcance quedarán sujetos a futuras negociaciones en el parlamento que está constituido en su mayor parte por fuerzas reaccionarias, desde ya, la mitad se compone por representantes de la derecha ultraconservadora.
Otro tema que afecta directamente a la mayor parte de la población trabajadora es el alza de precios. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ya reconoce una inflación de 10,5% en los últimos doce meses. Todos los trabajadores sabemos que ese dato es totalmente inferior a la realidad. Un reportaje de Ciper del mes pasado demuestra que en el caso de muchos productos de la canasta básica, como azúcar, leche, aceite, huevos, café y otros, las alzas van de un 20% hasta un 90% en algunos de los principales supermercados utilizados por la población.
La respuesta del gobierno ha sido totalmente insuficiente. La primera medida anunciada por Boric fue el aumento de la beca de alimentación de los estudiantes, de 32.000 a 37.000 pesos mensuales, lo que generó una verdadera lluvia de memes irónicos en internet. La segunda medida fue anunciar un “histórico” aumento del sueldo mínimo, de 350.000 a 380.000 en mayo y 400.000 a partir de agosto. Si bien el aumento es superior al de los gobiernos anteriores, es totalmente insuficiente para las necesidades de una persona adulta y menos aún de una familia. La Fundación Sol calcula que para satisfacer el piso básico de la línea de la pobreza el salario mínimo bruto debería ser de 630 mil pesos. Otro cálculo de la misma Fundación Sol demuestra qué se puede costear con un sueldo mínimo de 380 mil pesos: 1 kilo de pan al día, ir y volver del trabajo, el arriendo de una habitación y pago de cuentas básicas y tributos. O sea, un sueldo mínimo de 380 mil pesos (aprox 469 dólares) es totalmente insuficiente para la mantención mínima de una persona en el Chile actual.
Al mismo tiempo en que los trabajadores debemos elegir entre la mantequilla o el pan, los grandes empresarios han ganado ríos de dinero. Las ganancias de la minería privada, principal sector económico del país, han sido estratosféricas. Con el precio del cobre en las nubes, las empresas mineras han ganado decenas de miles de millones de dólares de ganancias. Si bien los datos de 2022 todavía no son públicos, seguramente las utilidades serán iguales o mayores a las de 2021. Es fundamental recordar, como ya hemos denunciado innumerables veces, que las utilidades declaradas por la gran minería privada son totalmente maquilladas debido a los distintos mecanismos ilegales que utilizan las grandes mineras para no pagar impuestos. En el caso del litio, las ganancias de SQM del ex yerno del dictador Pinochet, Ponce Lerou, han aumentado en 1.170% durante el primer trimestre de 2022.
Esa realidad de “saqueo” del país se reproduce en todos los demás sectores de la economía. Los accionistas de grandes empresas han recibido miles de millones de dólares en reparto de utilidades mientras el pueblo no alcanza a llegar a fin de mes. Y una vez más, dentro de la Convención Constitucional, las mismas fuerzas en el poder han capitulado ante la presión feroz del empresariado, impidiendo la renacionalización del cobre, litio, oro y otras riquezas contenidas en los concentrados de tierras que las empresas extranjeras se llevan y explotan con ventajas fiscales, aprovechándose de los irrisorios impuestos, que se evaden bajo diversas artimañas. La renacionalización de nuestros minerales habría posibilitado financiar derechos sociales por décadas. En Chile hoy es fácil instalar industria privada por las regalías tributarias que los continuos gobiernos neoliberales otorgan.
Boric y los DDHH
No hay otro tema más sensible que los DDHH. A más de dos años, y en forma esporádica se han ido liberando de las cárceles a jóvenes que se bancaron la represión durante el estallido del 18 de octubre del 2019, en su mayoría con prisiones preventivas excesivamente largas que no han tenido otro cometido que ejercer una acción punitiva y de criminalización de la protesta. La promesa del término de los juicios por Ley de Seguridad del Estado prometida por Boric no tiene ningún efecto práctico. La mayoría de los casos no pasan por esa ley sino por otras leyes de modo que la promesa es un mero artificio. Habiendo denunciado Boric en su campaña que los presos no eran juzgados en forma imparcial, sin embargo, tiene a decenas de jóvenes chilenos y mapuche aún en prisiones preventivas teniendo en su mano la facultad de indultar, mientras tanto duerme en el Senado una ley de indulto desde hace meses. Personeros y simpatizantes del gobierno, por su parte, han efectuado declaraciones negando la existencia de presos políticos, a lo que sumamos la reciente declaración del relator designado para Chile por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, quien niega la existencia de presos políticos en Chile, toda vez que ya había emitido opiniones anteriores reconociendo solo 400 detenidos, en circunstancias que Fiscalía Nacional ha acreditado la existencia de casi 11000 denuncias por diversos atentados a los DDHH. Recordar que Chile tiene las más altas tasas de mutilados oculares del mundo. Hasta el minuto de este informe, el presidente guarda un riguroso silencio.
La imagen del actual presidente en la copa de un característico árbol allá en la austral Punta Arenas, con los brazos abiertos en gesto crístico, es solo un imagen, ahora convertida en un objeto de merchandising de llaveros, calendarios, autoadhesivos, etc. Hoy los otrora “revolucionarios” se han encargado de podar el arbolito, para “espejearse” y confundirse con cualquier otro gobierno sea concertacionista o de derecha. El pueblo, por ahora en receso, deberá despertar e interrumpir la luna de miel con el nuevo gobierno. Tarde o temprano vendrá otro estallido. Algunos signos de ello los observamos otra vez en las protestas de estudiantes solicitando reparaciones en sus colegios y aumento del aporte basal para alimentación.
Mientras Boric siga podando el arbolito, se incubará la bronca que tarde o temprano le explotará en la cara. Mientras tanto el pueblo requiere con urgencia un partido revolucionario que conduzca a las masas por la senda del socialismo, puesto que este gobierno corre en sentido inverso a abrazarse con los poderes fácticos.
Para Argentina
José Miguel Bonilla Tortorello
Miembro del MIT (Movimiento Internacional de Trabajadores)
Post Data: Falta decir que la zona Mapuche está siendo intervenida por los militares, ya que Boric ha establecido un estado de excepción que no es otra cosa que un verdadero estado de sitio para esa zona, la novena Región. Decir que la verdadera oposición política en Chile, corre por cuenta de los órganos territoriales de resistencia mapuche, uno de ellos liderado por el ex preso mapuche Hector LLaitul, quien ha sido explícito en señalar que no habrá negociación con winka alguno a menos que se devuelvan todas las tierras usurpadas. Imagino que algo parecido ocurre en Argentina donde supe que empresarios reaccionaron con ira ante declaraciones efectuadas por nuestra Ministra de Interior, Izkia Siches que se refirió a conflicto en WALLMAPU argentino.