La situación en Jujuy continúa siendo crítica. Los y las docentes de primaria sostienen su pelea por una negociación salarial que cubra la canasta básica, nada menos. Y a eso debemos sumarle la fuerte pelea de la mayor pare de la sociedad jujeña contra la Reforma Constitucional impuesta por el gobernador Morales.
Pero ¿qué hay detrás de esta reforma y de la política represiva que se sigue desatando sobre la población, en particular sobre las comunidades originarias de la zona? Sin duda hay muchas cuestiones políticas en el fondo, pero una de las más importantes, nos parece, es la discusión sobre cómo y a qué ritmo extraer el litio de las salinas jujeñas.
Este mineral, con sus precios crecientes a nivel internacional, es codiciado por todos los estamentos estatales (tanto provinciales como nacional) y son varias manos las que pretenden repartirse el botín.
Para saber un poco más de cómo se extrae el litio en la Argentina, sus consecuencias sociales y ambientales y la resistencia activa de las comunidades, es que charlamos con Guillermo Folguera. Guillermo es doctor en Biología y en Filosofía, investigador del CONICET y miembro del Grupo de Filosofía de la Biología. También es uno de los científicos que, desde el ejercicio de la Ciencia Digna, pone su trabajo y su conocimiento al servicio de las luchas de las comunidades en defensa de sus territorios y sus formas de vida en convivencia con la salud de la naturaleza.
Guillermo nos cuenta que recientemente estuvo, tanto en Jujuy como en Catamarca, donde visitó el pueblo lindero a la explotación de litio más antigua de la Argentina y pudo ver de cerca y en el diálogo con la comunidad, sus consecuencias.
Entrevista: Juanjo Lázzari y Elizabeth Moretti
Borrador Definitivo: Hola Guillermo, te agradecemos mucho que estés hoy con nosotros. Este medio viene siguiendo la situación en Jujuy y algo que aparece muy fuerte en esto es la reserva de las comunidades con respecto a que se explote el litio ¿Por qué se da esto?
Guillermo Folguera: Evidentemente aparece con la extracción del litio, primero por parte de grandes empresas, corporaciones y gobiernos, un botín. Lo tenemos que entender así en función del aumento del precio internacional del litio. Y ahí vemos empresas como Volkswagen o Toyota; empresas de extracción de litio; estados enteros como el estado chino o el estado norteamericano, anunciando globalmente la importancia del litio en toda la Puna chilena, boliviana y argentina Y también, en ese sentido, se da la disputa entre el gobierno nacional y las provincias de Catamarca, Salta y Jujuy.
En ese contexto, las comunidades locales ven como están en puja con su territorio y no lo respetan como un territorio, sino simplemente como un lugar al cual extraer los recursos.
A eso le tenemos que agregar que las técnicas de extracción de litio básicamente requieren extraer la salmuera. Recordemos que el salar es un humedal, o sea, debajo de esa capa de sal que vemos, hay agua que tiene, en muy baja cantidad, el litio. Entonces la extraen y la ponen a evaporar durante un año y medio o dos años. Una vez que se van extrayendo diferentes etapas, se obtiene el carbonato de litio, que es lo que se exporta. Con lo cual básicamente es una técnica de secado del salar. Y sabemos perfectamente que, donde se seca un ecosistema, deja de haber vida humana y no humana. Entonces digo: la crisis y el cuestionamiento de las comunidades está directamente relacionado con su subsistencia, ni más ni menos.
BD: En este contexto, la reforma constitucional, ¿tiene como uno de sus puntos centrales la apertura absoluta a este tipo de explotación?
GF: Yo no soy constitucionalista, he hecho alguna lectura de la reforma pero tengo temor de dar una respuesta precisa respecto a esa pregunta. Sí me doy cuenta que hay al menos tres grupos de problemas con esta reforma, que Morales intenta, de a pasitos, ir retrocediendo hasta donde le dé. Uno tiene que ver con un régimen de intentar que el partido que gane la elección provincial logre tener rápidamente mayoría legislativa, generando en la democracia representativa un daño fuerte en función de las instancias electorales que se están dando. El otro tiene que ver justamente con no aceptar o endurecer toda la política de protesta, de protesta social. Son dos puntos que han sido muy importantes y han sido señalados por un montón de partidos. Y el tercero, efectivamente, tiene que ver con quitarles a las comunidades locales la posibilidad de sus propios territorios.
Más información y testimonios sobre la lucha del pueblo de Jujuy en: JUJUY – Arriba los salarios. Abajo la reforma. Cobertura especial: Primera parte y Segunda parte
El litio es uno de los grandes elementos del país. Jujuy tiene obviamente otros elementos debajo de su tierra. Pero el extractivismo en general -donde el litio hoy por hoy quizás es uno de los que más se está hablando, pero otros son los agronegocios, otros la minería de oro y plata…- es una política demográfica. La tenemos que entender así. Es una política de ordenamiento de personas en el territorio. El derecho que tiene una comunidad a elegir dónde quiere vivir, el extractivismo lo vulnera. Con lo cual no nos tiene que sorprender tanto.
Le pasa lo mismo a una comunidad cuando le fumigan en frente de su casa: la están expulsando. O le pasó lo mismo a la comunidad de Vilisman en Catamarca cuando se le secó el río: se tuvo que ir. Acabo de dar ejemplos reales.
El caso del litio es otro ejemplo brutal. Cuando uno tiene comunidades locales que dicen “Yo quiero vivir acá y quiero vivir como vivo hace miles de años”, como en este caso; el extractivismo empieza a tener obstáculos. Y si a eso le agregás una enorme cantidad de dinero y enormes intereses políticos -no solo económicos, intereses políticos porque acá hay intereses también por alinearse con potencias-, evidentemente explica una parte, yo no sé si todo, pero una parte muy importante de lo que estamos viendo de una manera muy dramática.
BD: Según medios financieros, el precio del Carbonato de Litio está oscilando en más de 50.000 dólares la tonelada. Este litio que se extrae secando las salinas, que son humedales. Se va entendiendo entonces, por qué la ley de humedales, que incluso ya en su última etapa no era lo que las comunidades querían, sino que era algo mucho más lavado, menos protector con la naturaleza, ni siquiera ese proyecto se pudo lograr.
GF: Tal cual. Cuando en su momento rastreábamos de dónde salía el lobby brutal en contra de la ley de humedales, aparecían los negocios inmobiliarios, que se notaron un montón en los últimos incendios; aparecían los agronegocios, mucho de los agronegocios avanzan sobre zona de humedales; y aparecía el litio. Y además ahí se ubica también, claramente, que esto trasciende algunos signos partidarios. O sea, acá Morales representa a Cambiemos y a todos los intereses, y posiblemente vaya como candidato a vicepresidente de Larreta. Pero si uno va a Catamarca, por mencionar algo, o a la Puna salteña, encuentra exactamente lo mismo. Y esto no lo digo para defender a Morales, más bien todo lo contrario. Lo digo para mencionar cómo acá hay un acuerdo de silenciamiento. Que además se multiplica también en los grandes medios: Clarín, La Nación, Infobae, no hacen más que multiplicar este silenciamiento. Y Página 12 hace lo propio con Catamarca. Van eligiendo en función de con quién se sienten afín, con qué gobernación provincial se sienten afín y silencian las otras.
Yo creo que acá, la discusión de fondo obliga a repensar seriamente qué tipo de país queremos. La “invitación”, con bala mediante, que se les está haciendo a las comunidades locales para que se vayan de su territorio y se vayan básicamente a corones de pobreza de San Salvador de Jujuy, de Salta, de La Plata, de Buenos Aires… ¡Es una locura en un país que tiene la mitad de las personas bajo la línea de la pobreza! Es una locura.
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Y el otro punto muy importante es que tenemos que entender que acá no está en juego: proteger vs producir. Acá lo que está en juego es qué se produce. Entonces, las poblaciones locales cultivan, tienen animales; o sea que si se les expulsa o se les secan las salinas, dejan de poder producir. Es muy importante también que demos esta discusión en los medios, porque si no, da la sensación que estamos hablando de producir vs proteger animales -que por cierto son hermosos, estuve hace dos semanas viendo lo que son las vicuñas viviendo en los salares-. Ahora, dicho eso, estamos hablando del bienestar social y nos lo quieren vender como algo que no es. La política de extracción de litio es una política destructora de los ecosistemas y de las comunidades locales.
BD: Es interesante esto que vos marcás, Guillermo. Es muy importante entender que en esta política extractiva que está convirtiendo a la Argentina toda en una mina, no hay grieta política. De hecho, en los últimos años hubo luchas en defensa del agua en montón de provincias, independientemente del color del gobierno: Mendoza, Chubut, en la zona centro contra las quemas. Contra esta política que nos venden con la idea de que vamos a ser Dubái y terminamos siendo Haití.
GF: Sí, y Dubái debe tener un altísimo nivel de desigualdad social. A veces me llama la atención cuando los impulsores, usan esos ejemplos. Yo no conozco a Dubai, pero sospecho que no debe tener mucha justicia social.
En este último viaje yo pude visitar un lugar en el que no había estado y que tenía muchísima intriga -además estaba hablando con la comunidad local- de conocer de primera persona, que es Antofagasta de la Sierra. Antofagasta de la Sierra es muy emblemático porque está en Catamarca, y es el lugar que está más cerca de la extracción más antigua del país de litio, que es el Salar del Hombre Muerto, que tiene 25 años. O sea que tenemos un periodo bastante interesante, un cuarto de siglo, y tenemos una idea clara de qué puede generarse. Y es realmente impactante estar ahí.
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En este caso, la empresa principal es Livent, que es una empresa norteamericana. De hecho, Livent, junto con una empresa australiana, tienen hoy por hoy el monopolio de la exportación de Argentina, aunque dentro de poquito va a estar exportando también Zijin Mining que es China, que tiene otro proyecto de tres quebradas en Catamarca. Pero cuando uno está en Antofagasta de la Sierra, lo que encuentra es los niveles de desigualdad social frente a uno. O sea: es un lugar muy hermoso donde está emplazado con gente muy hermosa, dominado por la minera. Entonces, todo lo que tiene que ver con infraestructura edilicia está destrozado, a la noche no hay luz en el pueblo, la escuela no tiene gas como para que los pibes y pibas puedan estar -es su lugar que está a 3.500 metros, con lo cual empiezan con una temperatura bajo cero y tienen que cambiar de lugar porque la escuela no le da la infraestructura como para poder responder a eso-. Hay una oficina de la Livent, hay una casilla policial, hay un control policial en el medio del pueblo. De hecho, nosotros llegamos después de pinchar goma y pasamos ocho veces por esa esquina y ocho veces nos paró la policía, en un pueblo que tiene creo que 1500 habitantes. La altura del pasto, que para mí son también indicadores en un pueblo, en la plaza, la altura del pasto es de un metro. Digo: es un pueblo manejado por la minera. Claro, con carteles por todos lados que promocionan a Livent, que dicen que Livent está ampliando el hospital, que dice que Livent está ampliando el hotel municipal… Y lo que uno ve es un pueblo destrozado, absolutamente destrozado. Ve la riqueza, pero la ve en las 4×4 de los visitantes o técnicos de la mina que están circunstancialmente ahí. Pero el pueblo en sí es un pueblo destrozado.
Entonces, cuando nos hablan del modelo litio, es un modelo típico de cualquier extractivismo. Es un modelo de generador de muchísima riqueza, en general que se va al exterior, en general para algunas corporaciones como en este caso, empresas automotrices y empresas de especulación financiera como puede ser BlackRock o JP Morgan y grupos locales muy particulares y algunos sectores gobernantes. El resto, deja pobreza. Ya conocemos la historia del extractivismo en nuestra región. Y también conocemos lo que está generando la exportación y depredación con el litio.
BD: Lo que contás, nos recuerda a lo que nos contaban los vecinos de Andalgalá, en Catamarca. Ellos decían, en medio del COVID, Andalgalá no tiene un hospital, no tiene servicios básicos, y vinieron justamente diciéndonos que con la Lumbrera íbamos a hacer eso, Dubái.
GF: Tal cual. Y otra cosa que también es muy impactante, que yo creo que políticamente nuestro sector gobernante evidentemente no esté dispuesto a dar la discusión, que es: ¿Qué es el Estado argentino? O sea, ¿quién moldea las políticas públicas en nuestro país y con qué objetivo? Yo creo que es esa la discusión. Yo soy muy crítico del Estado, yo trabajo como investigador en CONICET, mis hijas van a escuelas públicas, me atiendo en hospitales públicos. Pero dicho eso, ¿qué es el Estado? ¿El Estado es un agente recaudador o el Estado es un agente que tiene que garantizar el bienestar social y ambiental? Porque si el Estado es un agente recaudador: Bueno, no me preocupo de nada y veo la manera de sacar una tajada. Ahora, que el Estado esté fomentando activamente la depredación de los territorios, que el Estado esté metiéndole bala a las comunidades que están diciendo que no en la calle, que el Estado esté buscando, mediante la judicialización, asustar a las comunidades que resisten en su territorio, es una vergüenza histórica.
Y lo mismo la comunidad científica, acá voy a ser muy duro con una parte importante de mis colegas, mucho más preocupada por sacar una tajada de esto que por dar una discusión. Hoy leía declaraciones del director de Y-TEC (empresa de tecnología de YPF), Roberto Salvarezza (ex Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación), fascinado con la producción de baterías de litio de Argentina, fascinado. Y esto lo quiero decir claramente: si la producción de baterías de litio de Argentina tiene como costo la depredación de ecosistemas enteros, la destrucción de los salares, y la expulsión de comunidades locales, debería darnos vergüenza estarlo fomentando. Ahí hay una discusión. Y hay una parte importante de la comunidad académica que no está pensando los efectos sociales y ambientales que tiene su práctica.
Yo realmente, en este sentido, me parece que políticamente tenemos que dar una discusión seria en este sentido. Y no se está dando. No se está dando y se notan los grados de acuerdo altísimos, o los recortes. Entonces lo de Morales intenta plantear simplemente como que es una prepoteada de un gobernador y no una política activa, porque de hecho es una política de planificación que hace Morales. O se intenta levantar, por ejemplo, el discurso de Cristina, hablando de que hay que regalar menos y hacer las baterías acá. De hecho, Morales tiene acuerdos para producir baterías de litio, y tiene una empresa provincial de Jujuy como Jemse (Jujuy Energía y Minería Sociedad Del Estado). ¿Y eso qué cambia? ¿Dónde está la discusión de fondo? O YPF, por ejemplo, con una fase de exploración de extracción de litio a la altura de Fiambalá, en Catamarca. ¿Qué es lo que cambia respecto a la discusión de fondo? ¿Cuándo es que perdimos la discusión de a quién beneficia determinada extracción? Entonces digo, yo creo que acá realmente hay una discusión política profunda por dar, que algunos sectores se están tratando de que no demos.
BD: Guillermo, la verdad ha sido un gusto hablar con vos, nos has brindado un panorama muy claro con respecto a esto del litio y a la lucha que viene dando la gente de Jujuy que seguramente vos estarás siguiendo, como nosotros, con mucha atención
GF: Sí, con atención, por un lado con una profunda preocupación. Yo vine de Jujuy hace unos 15 o 18 días, y de alguna manera ya se sentía. Vine justo cuando estaba empezando la lucha docente y ya se sentía que el clima iba a generar muchos de estos aspectos. Pero también, lo voy a decir a pesar de que va a sonar extraño, con orgullo por mi pueblo. Porque hay algo también de ¿qué pasa cuando los pueblos dicen que NO? Y dicen que sí a otras cosas. Y en este sentido, quiero también decir esto, porque no es solo comunidades que se ven vulneradas por algunos políticos mezquinos o por multinacionales. También hay comunidades que se plantan de pie y ponen resistencia. Así que, con las dos sensaciones a la vez, el dolor y la tristeza por un lado, y el orgullo por un pueblo que lucha por otro.