El dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluido, y el accionista principal de Los Grobo, en un clima afable, plantean una convivencia amistosa entre la agroecología familiar y el agronegocio transgénico y contaminante.


La semana pasada se realizó, en la Universidad Nacional de Córdoba, organizado por la Red de Intercambio Técnico con la Economía Popular (RITEP), un pretendido debate entre Juan Grabois, dirigente del MTE, parte de las organizaciones sociales ligadas a la influencia política del Vaticano y supuesta pata izquierda del frente gobernante, y Gustavo Grobocopatel, el rey de la soja, terrateniente, exportador de transgénicos mediante el monocultivo.

Decimos supuesto debate porque, como testimonian quienes estuvieron en esa exposición, la charla, en realidad, se desarrolló en un inusitado clima de camaradería entre el representante del modelo sojero monopólico y el vocero de la agricultura familiar agroecológica, planteando una supuesta convivencia entre ambos modelos, repartiéndose (de manera muy desigual, obviamente) el territorio disponible.

Esta actividad se desarrolla en una universidad pública, sostenida por el dinero estatal, y si bien a nadie debe asombrarle, a estas alturas, el que las casas de estudio del estado abran sus puertas y sus planes de estudio a los modelos empresariales y excluyan los conocimientos construidos a partir del diálogo con las comunidades, no está mal remarcarlo. En una Carta abierta al rector de la UNC, un grupo de estudiantes, docentes, investigadorxs, militantes, etc., denuncian:

“la exclusión por parte de la RITEP de personas, trabajos, políticas y propuestas realizadas desde las luchas contra actividades contaminantes y extractivas que tienen lugar en nuestro país que se vienen realizando desde el mismo diseño e implementación de las estructuras institucionales nacional-globales del saqueo y la contaminación, y también desde el inicio de la percepción de sus efectos devastadores sobre la salud humana y no humana. Vecinxs, comunidades indígenas, asociaciones y académicxs-investigadorxs, hemos desarrollado estudios y análisis populares y científicos, estrategias de intervención, tecnologías duras y blandas. Hemos logrado con ello visibilizar y denunciar la conformación de zonas de sacrificio ambiental, en donde sobre nuestras vidas de trabajadores y las de nuestras familias se superponen situaciones de explotación, dominación y contaminación”.

Y se manifiestan claramente cuestionando

“que la Universidad Pública sea usada como escenario de propaganda de acuerdos políticos entre facciones que se arrogan la representación popular y empresarios que priorizando el lucro nos proponen un país deshumanizado, despoblado, con su comunidad humana expuesta al riesgo y sin su flora ni su fauna nativa, constituido por un inmenso territorio dedicado a la agricultura  tecno-extractiva-venenosa y pequeños territorios conurbanizados constituidos como ‘reservas’ para el desarrollo de agricultura orgánica. Este modelo país además incluye una notoria merma en la calidad alimentaria, por la incorporación de derivados de soja transgénica en la producción industrializada de alimentos, con su consecuente impacto, largamente demostrado por el conocimiento científico actual en la salud humana”. A lo que agregan: “consideramos que no es posible la convivencia de un modelo tecno-extractivo-contaminante con formas de producción desarrolladas desde la consideración de la salud humana y de los ecosistemas. El impacto de las actividades extractivas sobre los territorios es destructivo e irremediable con las tecnologías existentes y la diseminación de substancias contaminantes es incontrolable, permea y se acumula en la tierra, las aguas superficiales y subterráneas y hasta en la de lluvia; ingresa a nuestros cuerpos por distintas vías donde también se acumula, sumando los valores admitidos desde los laboratorios hasta producir alteraciones fatales, diversos tipos de cáncer, malformaciones, enfermedades conocidas y raras que transforman nuestros cotidianos”.

Podés ver el «debate» completo:

Terminada la exposición y abierta la instancia de intercambio con el público, un docente de la universidad tomó la palabra para hacer una pregunta, expresando su propia experiencia como habitante de una zona fumigada y testigo directo de los efectos que el modelo del monocultivo genera en los cuerpos. Ante esto Juan Grabois dejó de lado la máscara de dirigente progre y sacó a relucir su faceta más violenta, increpando al docente que osó cuestionarlo, insultándolo a él y descalificando, de paso, a cualquier expresión política contraria a la suya propia. Podés ver el momento de la intervención del docente y la respuesta de Grabois en el siguiente video:


Entrevista a Juan Manuel Milanesio, por FM Las Chacras

Ese docente es Juan Manuel Milanesio y fue entrevistado por la FM comunitaria Las Chacras, de la localidad de Las Chacras, Córdoba. De ese reportaje, del cual desconocemos el nombre de los periodistas que lo hacen o del programa por el cual se emitió, presentamos a continuación un extracto.

FM L.C.: ¿Cuál fue tu mirada del debate en la UNC?

J.M.M.: La verdad que la charla parecía una broma realmente, yo no sé si era una broma de mal gusto. Una charla entre Grabois y “Grobo”, que es, básicamente, todo el tiempo una  tirada de chistes entre ellos, con un nivel de cinismo muy grande y como una complicidad. Y fue por eso que el auditorio me pareció lleno de aplaudidores, era un auditorio muy complaciente donde nadie cuestionaba nada… Yo en realidad hice una pregunta, ni siquiera es que hice ningún tipo de aseveración, y a partir de eso, la respuesta que dio Grabois.

FM L.C.: ¿Cuál era tu expectativa sobre ese debate?

J.M.M.: Sinceramente, ya venía imaginando que venía por ahí la mano. De hecho, si uno ve los otros que se presentaron en esa reunión: estuvo Pérsico, estuvo Gustavo Béliz, había toda una conjunción entre el estado, autoridades de la universidad que fueron los organizadores, y movimientos sociales, además de Grobocopatel, el rey de la soja.

Yo soy nacido en San Francisco y siempre me tocó la historia de los agrotóxicos, porque todos los que venimos de la zona productiva de siembra de soja con monocultivo, tenemos alrededor un montón de casos de gente enferma, de muertes de gente joven, de amigos, familiares… No esperaba un nivel de cinismo tal. Nunca me imaginé que se traten de compañeros entre Grabois y Grobocopatel, y muchísimo menos que se tiren chistes entre sí durante toda la charla. Eso creo que fue lo que hizo que al menos un par pidamos la palabra y le hagamos algunas observaciones. Yo de hecho hice un pregunta tratando de ser lo más sereno posibles, porque incluso cuando me responde Grabois, en el tono en que me responde, preferí no hacer ningún otro comentario porque me pareció que era suficientemente explícito todo lo que estaba haciendo y diciendo el como para no tener que agregar nada.

Hay dos cosas importantes: la primera es que la respuesta de Grabois me llamó la atención porque, más allá de los modos, él lo que hizo fue explicitar que el objetivo es unas migajas para las familias que van a producir agroecológicamente y el resto del país para “Grobo”. Lo dijo literalmente. Cosa que a mí me pareció tan explícito que me llamó la atención que el resto no dijera nada con respecto a eso. Porque de hecho gente que me contactó después estaba preocupada por los modos de Grabois, pero no estaba preocupada por el fondo de la cuestión que era lo que estaba diciendo en la universidad, junto con el tipo que supuestamente se lo estaba facilitando, cuando hablaba del plan ese que tienen en conjunto.

Después, yo tengo 41 años, yo recuerdo la calidad de alimentación que teníamos cuando yo era chico y soy consciente de la calidad de lamentación que tenemos hoy día. Y me doy cuenta del nivel pésimo de alimentación que estamos teniendo ahora, y me doy cuenta que eso está vinculado al lugar que la Argentina ocupa en el mundo y tiene que ver con que seamos productores de forrajes para alimentar cerdos, no para alimentar humanos. No producimos alimentos para 400 millones de personas como dicen, eso es un mentira total, porque no somos capaces de alimentar ni a nuestra propia población y la que se alimenta se alimenta pésimamente, y por eso los problemas de salud que han aparecido, de los que hay infinitas pruebas.

Entonces para mí esos dos puntos tienen que estar más que claros. Es evidente que no se puede defender una especie de sociedad entre el agronegocio y la agricultura familiar y agroecológica y me parece que es más que obvio que lo único que ha hecho la imposición de este tipo de agricultura que se hace en la Argentina desde la década del 90, es envenenarnos, ninguna otra cosa. Y que además pretenden ampliar la frontera, como hablan ellos. Hay cantidades de declaraciones donde “Grobo” dice que hay que aumentar en no sé cuántos millones de hectáreas la producción de organismos modificados genéticamente, porque ya ni siquiera es solo la soja, son muchos los cultivos transgénicos. De hecho Argentina tiene el “honor” de ser el primer país que aprobó un trigo transgénico, nadie se había animado a tanto.

Para mí esa fue a explicitación de un plan que vienen llevando adelante y para mí es un plan que tiene que ver con el rol que quieren que la Argentina que ocupe en el mundo. Por eso yo también dije que pretenden un país despoblado. Es obvio que hay un vínculo con el despoblamiento, la inexistencia casi de población rural, sobre todo en la zona núcleo. ¿Y toda esa gente dónde fue? Es obvio que fue al Conurbano. Yo no entiendo como no se establece una relación lógica entre esas dos cosas.

FM L.C.: ¿Crees que existe la posibilidad de la transformación de este modelo?

J.M.M.: Sí, por supuesto. Si no estuviera esa esperanza, creo que todos los que de alguna manera nos comunicamos a partir de esto, no tendríamos ya fuerzas para seguir adelante. Por eso creo que estamos justo en un momento donde las cosas se están haciendo tan claras y donde hay claramente, dos visiones de país tan evidentes. Y creo que en estos últimos años, las decisiones del gobierno sin que cambie nada, a mucha gente ya le esta cayendo la ficha. Y obviamente creo que eso va a terminar redundando en que a gente se va a ir juntando y las cosas van a ir cambiando. Esa es mi esperanza, obviamente… Y se está viendo que la búsqueda de una alimentación de calidad no es solamente para un sector, un elite de la sociedad argentina. Lo está pidiendo mucha gente en muchos lugares, la transición hacia una alimentación de calidad. Y la Argentina tiene territorio para producir de calidad como comíamos cuando éramos chicos…