por AM
Con los nuevos bombardeos sobre Gaza lanzados por de Israel la semana pasada se reactiva una de las problemáticas centrales de la política internacional: Palestina y el calvario de su población, la cual vive bajo el terror que ya es parte de su cotidianeidad. Pero no solo fueron bombas, también se perpetraron una serie de acciones violentas y sangrientas de variado tenor. Por lo tanto, los últimos bombardeos son el eslabón más cruel de una seria de ataques perpetrados por las fuerzas sionistas, en Gaza, en la Jerusalén ocupada y en Cisjordania en un período corto de tiempo.
Como parte de un proceso, entre los hechos recientes, tenemos que destacar la llegada al gobierno de Israel de un nuevo primer ministro, Naftali Bennett, quien promete continuar con la política colonialista y genocida del sionismo, lo que dejó reflejado en declaraciones como “He matado a muchos árabes en mi vida, y no hay ningún problema con eso”.
A partir de la asunción de Bennet, los colonos se sintieron aún más empoderados atacando a cualquier manifestación palestina por más mínima que fuera. Por ejemplo, propinando una golpiza a una mujer por ondear una bandera palestina en Jerusalén. Mientras el ejército continúa asesinando a mansalva, a gusto y placer; esta vez, ejecutando a una médica palestina también en Jerusalén, llamada Mai Afaneh de 29 años oriunda de la ciudad de Abu Dis. Además, las fuerzas de ocupación asesinaron al joven Ahmad Bani Shamsa de 15, quien recibió una bala en la cabeza, en Cisjordania, protestando contra asentamientos sionistas.
El empoderamiento de los colonos se notó se volvió evidente cuando el 15 de junio, se realizó provocadora marcha sionista en Jerusalén que venía siendo pospuesta, entre los cánticos se escucharon frases incendiarias del estilo de «Muerte a los «Árabes», «Jerusalén es solo nuestra y de nadie más» o «Vuestras casas arderán». La movilización generó tensión y protestas de la población árabe, las cuales fueron reprimidas ferozmente. (Palestinalibre.com)
Todo, forma parte de una estrategia militarista de imponer el terror para lograr fines políticos puntuales. Esta estrategia viene siendo desplegada desde la fundación del Estado de Israel en mayo de 1948 y profundizada con el pasar de las décadas, transformando a los territorios palestinos, especialmente Gaza, en una verdadera cárcel a cielo abierto sin libertad, sin derechos y con fusiles apuntando en todo momento.
Estas acciones represivas de las fuerzas sionistas y de los colonos marcan un capítulo y un calentamiento de la política estratégica que tiene el Estado de Israel con respecto a los palestinos, su expulsión de sus territorios ancestrales. Estamos ante la continuidad de una política que se sustentó, y lo sigue haciendo: en el apoyo de las potencias, particularmente de EEUU; en la victoria en las guerras de 1948, en la de 1967 denominada “guerra de los 6 día” y en la guerra de “Iom Kipur” de 1973; y en sucesiva y numerosas grandes masacres. Este uso de la violencia a gran escala de largo plazo, se combina con matanzas focalizas para mantener vivo el terror cotidiano, tal cual lo mencionamos más arriba.
Con el naciente del ultraderechista Naftali Bennett política colonialista se recalienta, aumentando el drama de los palestinos, y generando condiciones aún más reaccionaria en la arena de la lucha de clases mundial.