Publicamos este artículo enviado por Walter Paoluzzi, docente de las escuelas EESO 328, 518, 604 y 374, Región sur de la provincia de Santa Fe, que refiere sobre la incidencia del regreso a clases en el aumento de casos de Covid 19 en el país.
En una reciente conferencia de prensa, y en días previos a que el presidente Alberto Fernández diera positivo de COVID19, el gobierno nacional estableció el asueto presencial para los trabajadores de la administración pública durante la Semana Santa, pero sin embargo no fue capaz de hacerlo con las actividades educativas. En efecto, pese al sinnúmero de evidencias manifestadas en la multiplicación de contagios, aislamientos de “burbujas” y casos en la comunidad educativa, el Ministro de Educación, Nicolas Trotta, acaba de declarar que “No estamos de acuerdo con suspender las clases presenciales” (La Prensa, 30/3).
Según los datos del Ministerio de Salud en CABA los contagios entre personas de 3 a 13 años aumentó un 136% lo cual significa un aumento de casos en este rango etario de mas del doble. En la provincia de Buenos Aires, donde el grueso de la presencialidad comenzó después, los casos crecieron en mas del 90%. Otro tanto ocurre en Entre Ríos. En Santa Cruz y Mendoza los contagios de niños y jóvenes se duplicaron. En San Juan y en Jujuy aumentaron 50%. En Salta y Santiago del Estero crecieron 140 y 146%, en Córdoba 125%. En San Luis, los casos están a punto de triplicarse, en Mendoza están a punto de cuadruplicarse (294% de aumento). En Tucumán y en Misiones los casos crecieron tres veces y media; valor similar al de Santa Fe (238% de aumento) a la vez que el gobernador Omar Perotti y los ministros de la provincia, en línea con el gobierno nacional, sostienen que continuarán las clases presenciales. En Corrientes, los casos aumentaron siete veces (629% de aumento de contagios). A la vez que aumentan los aislamientos y contagios entre el personal docente y no docente de las escuelas, la cantidad de burbujas aisladas es incontable.
La apertura y la concurrencia a las escuelas es una causante mas de un resultado lamentablemente previsible: la escalada descontrolada de contagios. Mientras el gobierno juega a pensar en “medidas” para la tribuna con objetivo de reducir el avance pandémico (cierre de fronteras a destiempo, limitaciones sin controles en cuanto a la circulación nocturna, etc) en términos de segunda ola, la asistencia física a la escuela de personal y alumnado se realiza también en un contexto donde la región sudamericana se encuentra en colapso sanitario y catástrofe humanitaria (Paraguay, Chile, Brasil). A la fecha ya han fallecido 12 docentes: Vilma Llancaman (Chubut), María Angélica Leaño y Betty Greach, Nicolás Amarilla, Ramón Llampa e Isabel Cañari (Jujuy), Rossana Noemí Romero y Federico Loza (Tucumán), Marcela Gatti y Gerardo Ibañez (provincia de Buenos Aires), Víctor Hugo Comachi (Corrientes), y Jorge Langone (CABA). Hoy tenemos que sumar dos compañeros más a la lista de decesos, Carmen Blanco y Juan Carlos Ramírez.
El gobierno nacional y los gobernadores representantes de las distintas fracciones burguesas, acordaron ya desde principios de este año abrir las escuelas a costa de la salud y la vida de la población. Este trabajo que en realidad es político y que comienza ya a fines del año pasado con el bombardeo mediático y las prácticas exploratorias y aisladas de vuelta a la presencialidad, responde evidentemente a intereses que nada tienen que ver con lo educativo y mucho menos con la salud, como lo es la necesidad imperiosa de “abrir la economía” como medio para continuar con ritmos aceptables de reproducción del capital. Para esta empresa se requiere que el trabajador sea liberado del cuidado de los hijos a través de la escuela, lo cual libera a la burguesía de costos a pagar por licencias, que la población desocupada disponga de la institución educativa como contenedora en definitiva de las problemáticas que el sistema capitalista produce y que impacta en los hijos, que la población se movilice y consuma objetivando el resultado de la “inversión empresarial”. En esta lógica, cierta “falsa conciencia”, o sea el pensamiento burgués encriptado en la mentalidad de los de abajo, lleva incluso a que estos mismos aun a riesgo de la salud propia como de los menores (convivientes, contactos cercanos –hijos transformados en alumnos en definitiva-), avalen las tácticas de una clase social (la burguesía) a la cual no pertenecen.
No existe ningún interés de tipo educativo, ni pedagógico, ni de socialización, como se ha difundido cínicamente. La modalidad híbrida de presencialidad que implica clases presenciales una vez cada 20 días por materia en el caso promedio de existencia de 3 burbujas por curso, donde el alumno con tapabocas y manteniendo distanciamiento con todos en espacios donde se hace difícil el respeto de protocolos (ingresos y egresos en mismos horarios, lugares de transito comunes como galerías y baños, etc), debe recibir presencialmente las indicaciones e información sobre el tema específico a trabajar en casa en los días que no asiste a la escuela.
La conclusión es clara: en realidad, detrás está el interés de la clase capitalista y los partidos patronales por colocar a la escuela dentro de la “Normalidad”. El resultado de esta política criminal es que Argentina promedia los 14 mil casos diarios sin comenzar aun el período de bajas temperaturas, sin vacunación masiva, con nuevas cepas (Manaos, Inglaterra, etc) del virus en circulación.
La CTERA y los sindicatos provinciales forman parte de los que sostienen la “presencialidad segura” del gobierno. Son definitivamente el sostén que el Estado burgués posee para bajar su línea de miseria económica-social, degradación educativa, y ahora también de riesgos sanitarios para los trabajadores así como sus hijos.
Firmaron sin el aval de las bases docentes “protocolos” difíciles de aplicar en las escuelas y un acuerdo paritario que consolida salarios de hambre tanto para activos como pasivos. Estos que afirmaban que “la muerte es el límite” han dejado pasar el fallecimiento de compañeros docentes sin llamar a la huelga para que se retrotraiga esta “presencialidad” escolar que enferma y mata.
Es nodal recuperar en manos de los trabajadores los sindicatos. Y es fundamental en esta coyuntura la organización desde abajo para dicho objetivo estratégico, estableciendo como táctica consecuente con la realidad el diálogo permanente en clave de construcción entre los trabajadores de la educación así como también de estos con el resto de los sectores explotados, vale decir, con los alumnos y sus familias para buscar salidas contrarias a las propuestas por la clase social enemiga y su Estado defensor, sostenedores de la difusión y penetración de la falsa conciencia mencionada mas arriba. En dicha línea por ejemplo, recientemente cuatro departamentos catamarqueños suspenden la presencialidad por una semana (del 5 al 9 de abril) por el aumento de casos en Andalgalá, Capayán, Santa María y Pomán. Lo mismo sucede con algunos distritos de Salta (Ejemplo Iruya). En distintos lugares del país se levantan diversas voces contra la situación desde diversas organizaciones y autoconvocatorias. Si bien hoy son muestras ocultadas, manifiestan el camino a seguir.
La encrucijada no es Presencialidad vs Virtualidad en el campo educativo, sino la preservación hoy de la salud y la vida versus los contagios masivos. Ante la evidencia empírica, la esencialidad de los alumnos y personal escolar en el ámbito educativo implica presionar e exigir a través de la lucha colectiva, en definitiva contra los que defienden intereses enfrentados a los nuestros, el Estado y el capital (lucha de clases):
* Cierre de escuelas en esta proximidad de pico pandémico.
*Continuidad coyuntural del vínculo educativo virtual.
* Soportes tecnológicos e Internet gratuitos para docentes y alumnos.
* Plan de Vacunación para todos los agentes educativos que lo deseen.
* Diálogo y búsqueda de organización con el resto de los sectores trabajadores en la misma perspectiva.
* Demanda histórica de salario mínimo de acuerdo a canasta familiar y su relación con el trabajador pasivo.
Mientras tanto continuar demandando:
* Infraestructura edilicia en condiciones.
* Elementos de limpieza y bioseguridad provistos por el Estado.
* Aumento de cargos de asistentes escolares.
* Aumento de cargos docentes.
* Apertura de cursos y desdoblamientos.