La primera vez que se interpretó “Strange fruit” en un garito nadie aplaudió. Segundos antes de terminar la canción, cuando la intérprete pronunciaba las dolientes últimas palabras (“esta es una extraña y amarga cosecha”), las luces del Café Society neoyorquino, con capacidad para 200 personas, se apagaron. Instantes después se encendieron, pero la cantante había desaparecido. Billie Holiday estaba vomitando en el pequeño baño del local, sobrecogida después de su estremecedora interpretación.

Hace algunas semanas fue destituido el presidente Pedro Castillo por el Congreso de Perú.  Esto ha abierto un proceso de movilización nacional de trabajadores y sectores populares sobre todo del Perú profundo. En respuesta a esto, se inició un proceso represivo que ya lleva más de 50 muertos, y que prometen ser muchos más con la decisión de sacar a las Fuerzas Armadas peruanas a las calles.

Por estos días se van a cumplir tres años del homicidio en Villa Gessel, aquel de los rugbiers a la salida de un boliche.
El tema subió a todos los titulares en este enero porque es el juicio y porque las declaraciones, las cosas que se dicen y las cosas que se callan, los gestos en la sala, todo eso viene a remover inevitablemente todo, a ponerlo en tiempo presente.

El día de ayer nos enterábamos de la muerte de Celeste Lepratti, reconocida militante por los Derechos Humanos, hermana del «Pocho» Lepratti, asesinado en Rosario durante la represión del 19 de diciembre de 2001. Como homenaje, volvemos a publicar la entrevista que le hiciéramos en diciembre de 2021, al cumplirse 20 años de la rebelión de 2001.

A pocos días que la pelota dejara de rodar en el mundial de Qatar, el ejército del estado fascista de Israel asesinó al futbolista palestino Ahmad Atef Daragmah en la ciudad ocupada de Nablus. Tenía 23 años y jugaba en el club palestino Thaqafi Tulkarem. Mientras tanto en Irán, otro futbolista, Amir Nasr-Azadani, de 26 años, corre el riesgo de ser ajusticiado por el régimen de los Ayatolás.

Corría 1978 y Argentina se preparaba para ser la sede del Mundial de futbol. Lo supimos meses antes porque se llevaron compañeras del penal de Devoto. Un frío corrió por nuestras espaldas. ¿A dónde? ¿Para qué?. Éramos unas 800 presas políticas de la dictadura militar, distribuidas en dos edificios, uno de 3 pisos con hasta 7 pabellones y otro de 8 pisos con alrededor de 20 celulares. En los pabellones cabían hasta 30 detenidas. En los celulares, 4 por cada uno en un espacio de 3×2,50 m, con letrina incluida. Allí estábamos encerradas las 24 hs salvo 1 hora de recreo en el patio.