Terminando el pasado año, desde Borrador Definitivo nos dimos a la tarea de bocetar un balance de este 2024; a su vez el primer año del actual gobierno ultraderechista de Javier Milei. Pero como es nuestra costumbre, quisimos encarar esta tarea no en solitario, sino abriendo el debate con distintos actores y sectores que suelen pasar por nuestro medio y que no comparten sus luchas.

En este caso, presentamos los aportes de compañeros y compañeras que, desde sus territorios o lugares de militancia y trabajo, combaten cotidianamente el avance del extractivismo. Presentamos, entonces, los balances de Nilda Bulsomi, miembro de la Asamblea por el NO a la Mina de Esquel, provincia de Chubut; Felipe Gutiérrez, integrante del Observatorio Petrolero Sur; y Guillermo Folguera, doctor en filosofía y biología; docente universitario y activo militante en defensa de la vida y la naturaleza y por la ciencia digna al servicio de los pueblos.



“En Chubut también hay motosierra, de buenos modales, pero motosierra al fin”

NILDA BULSOMI es una militante de derechos humanos en su provincia y activa luchadora contra los avances del negocio minero en Chubut, además ha sido una activa colaboradora de nuestro programa. En esta ocasión, nos brinda un pantallazo de lo que fue el 2024 en la provincia patagónica.


Como saben, Nacho Torres (NdR: gobernador de Chubut) accedió al gobierno por el Pro en Juntos por el cambio; y es un político joven al que se señala como una promesa para la política del país. Pero bueno, como bien señaló alguna vez Moira Millán, es un Das Neves boy, es decir, es uno de los “jóvenes brillantes” que acompañaban al fallecido Mario Das Neves, que fue varias veces gobernador de Chubut -hombre Duhaldista- y que en los últimos años estuvo alineado con el Frente Renovador. Torres tiene como vicegobernador a Gustavo Mena, que es un viejo dirigente radical, varias veces legislador nacional por Chubut y también varias veces candidato a la gobernación. Esto demuestra que la vieja política sigue absolutamente vigente.

El pasado martes 10 de diciembre hace un primer balance de gestión, nada menos que desde la explanada del Ministerio de Educación, todo un símbolo porque la educación ha sido el sector más castigado por la gestión anterior, y también el de mayores reclamos y movilizaciones. De modo que lo que salió a mostrar Torres es lo que él considera el “ordenamiento de la educación”. Un ordenamiento que inicia, cierto, con la reparación de edificios escolares; pero en el que sobrevivieron viejos inconvenientes, las deficiencias en la provisión de gas, los conflictos con proveedores de transporte, son algunos ejemplos. Hubo a lo largo de este año algunos paros docentes esporádicos y varios paros de auxiliares de la educación, pero no una movilización del sector como en otros años. Siendo que el sueldo del docente que inicia en la provincia de Chubut es de 543.000 pesos, es decir, por debajo del límite de pobreza. Y además porque es un sector sobre el que se avanzó con disposiciones regresivas, por ejemplo, Chubut votó a favor de la tan mentada declaración de la educación como un servicio esencial; y se han puesto en marcha planes educativos que generan muchas dudas, sobre todo por el marco teórico que los sustenta.

En términos generales, el gobierno de Torres, por otro lado, apoyó todas las leyes propuestas por el gobierno de Milei, absolutamente todas. Aunque en los inicios se haya mostrado como un gobernador rebelde, por el contrario le votó absolutamente todo. Y no solo le votó, sino que resultó ser un gobernador de vanguardia, propiciando, por ejemplo, los desalojos de los pueblos originarios, votando el cobro de aranceles en salud para los extranjeros, apoyando y votando el RIGI en la provincia, promoviendo el hidrógeno verde en Comodoro Rivadavia o la venta de pozos maduros para darle continuidad a las políticas extractivas. Esto pese a la oposición popular como, por ejemplo, en la propuesta de instalar una terminal de gas licuado en el Golfo de San Matías, que pone en riesgo nada más ni nada menos que un área protegida. Así que, bueno, es un gobierno de vanguardia en términos de propuestas similares a las que está haciendo el gobierno nacional. Y mientras tanto, se siguen habilitando exploraciones mineras en la provincia y los anuncios de inversiones que se hacen, al menos en la cordillera, que es donde yo vivo, se limitan al anuncio de construcción de algún hotel como un recurso para incentivar el turismo, toda vez que es sabido, o por lo menos es lo que se comenta públicamente, que los hoteles son los lugares propicios para lavar dinero.

Hasta el momento, Nacho Torres sí viene cumpliendo con el pago de salarios en cuanto a tiempo se refiere, aunque obviamente no son los montos necesarios. Y considerando, además, que el gobierno anterior se endeudaba para pagar los salarios, yo creo que sin duda ha sido la moneda de cambio entre Milei y Torres la transferencia de fondos de nación, fondos que tienen que ver con la coparticipación y que de todos modos resultan insuficientes, pero le han servido a Torres para pagar los salarios. Hay, sí, una avanzada del ejecutivo provincial sobre las cooperativas de servicios provinciales y Torres acaba de presentar un proyecto de ley para, por ejemplo, incrementar el porcentaje de aportes de las y los trabajadores a la obra social provincial.

Es decir, en Chubut el ajuste lo pagamos las y los trabajadores como en el resto del país, gracias a un gobierno que es quizás vanguardia en la toma de decisiones regresivas, en términos de derechos, y que ello se sostiene por los muy buenos vínculos que tiene el gobernador de la provincia con Patricia Bullrich, que más allá de las disputas mediáticas que son por todos conocidas, instalaron un comando unificado de seguridad en la provincia. En síntesis, en Chubut también hay motosierra, quizás es una motosierra de buenos modales, podría decirse, pero es una motosierra al fin y las intendencias de todo color partidario están en total sintonía.


“Es muy importante considerar la energía como un derecho humano”

Una vez más debemos agradecer a los compañeros del Observatorio Petrolero Sur la extremada generosidad con la que siempre se han allanado ante cada uno de nuestros requerimientos, aportando claridad en un debate complicado. En este caso, FELIPE GUTIÉRREZ, integrante del colectivo OPS, nos hace un balance del primer año de la era Milei en la cuestión energética.


En materia energética, el gobierno de Javier Milei, de esta ultraderecha autoritaria, lo que ha buscado es la liberalización de todo el sector, tanto de los componentes del sector eléctrico como también del sector petrolero. A través de una profundización de la mercantilización de la energía y la cuestión extractivista. Vamos a revisar un poquito cada uno de esos sectores.

En materia de petróleo, de hidrocarburos, podríamos decir que la política del gobierno es de salto productivo y de un lineamiento exportador. El salto productivo de lo que trata es de buscar aumentar la explotación en Vaca Muerta, una explotación altamente riesgosa -esto no suele aparecer en los discursos- debido a la utilización del fracking y un montón de situaciones complejas en términos socioambientales que va generando, como el aumento descontrolado de la actividad sísmica en la cuenca neuquina. Entonces, a través de ese tipo de explotación riesgosa, es que se está buscando la generación de saldos que eventualmente puedan ser exportados, como se viene haciendo fuertemente en el sector petrolero, pero también en el sector gasífero. Hay que considerar que hoy, Vaca Muerta explica cerca del 60% del total de los hidrocarburos que se producen en el país y que ya en gran medida están siendo exportados, como más o menos un cuarto del petróleo que se produce dentro del país. Esta centralización en Vaca Muerta, esta ampliación de la búsqueda de exportación de Vaca Muerta, se ha hecho a través también de la reinversión desde otras zonas. Lo que hemos podido ver a lo largo de este año es que, en todos los sectores de explotación que no son Vaca Muerta, como por ejemplo en la provincia de Mendoza, en la provincia de Chubut y en la provincia de Río Negro, YPF se está deshaciendo de áreas a través de un plan que se llama el Plan Andes, para una inyección fuerte en recursos fundamentalmente de infraestructura, para la exportación. La situación actual de Vaca Muerta es que hay un alza de la generación. De hecho, la provincia de Neuquén está rompiendo sus propios récords históricos en términos de extracción.

Entonces, lo que buscan en este momento, para generar esa situación exportadora, es generar las condiciones de infraestructura, tanto a través de oleoductos, gasoductos, como puertos, que permitan la exportación. Dentro de eso, una cuestión central es el GNL, el gas natural licuado. El GNL es una forma de exportación, de movilización del gas a través de buques que, primero, lo que hacen es hacer el proceso de licuefacción: se baja el gas a bajas temperaturas y de esa manera se reduce su tamaño, se traslada en barco; y en el lugar en donde se tiene que utilizar se hace el proceso inverso: se descomprime ese gas y se inyecta en los caños del país donde se va a consumir. Esto históricamente nosotros lo vivimos como un país que importaba gas: tanto en el puerto de Escobar como en Bahía Blanca había buques que hacían ese proceso de regasificación. En este momento, lo que se está buscando es generar el proceso inverso y poder exportar GNL. Para eso ha habido distintos tipos de proyectos. Hubo uno muy, muy conocido, que fue una alianza entre YPF y Petronas que buscaba la instalación de un puerto de GNL en la provincia de Río Negro. En realidad hubo ahí un debate, entre la provincia de Río Negro y la provincia de Buenos Aires y que, bueno, finalmente lo que terminó ocurriendo es que esa inversión no se confirmó. Estábamos hablando de 30 mil millones de dólares, o sea, es 15 veces el acuerdo de YPF y Chevron, una enorme suma de dinero que realmente era poco probable que finalmente terminara sucediendo. Entonces es más bien una serie de inversiones que se han dicho que van a llegar, que sin embargo no han podido corroborarse. Por otra parte se está avanzando en buques de GNL, es decir, no la instalación de un puerto, sino un buque que se contrata por cierta cantidad de tiempo y después se puede ir. Todavía esto está en proceso de anuncio de inversión, sin embargo ha ido avanzando.

Lo que señalan las asambleas y los sectores que se oponen, es la gran fragilidad socioambiental que existe en ese tipo de lugares, y el conflicto que puede generar con otras actividades como la actividad turística, que es fundamental en el Golfo de San Matías, en esta zona de la provincia de Río Negro. Entonces lo que vemos es la búsqueda de una presión muy fuerte extractivista sobre algunos territorios, sin tener en consideración otras actividades productivas y, mucho menos, la cuestión socioambiental, que seguramente empeorará ante este tipo de inversiones.

Por otra parte, no menos importante, está toda la cuestión del sector eléctrico y cómo se ha buscado traspasar a los usuarios, es decir a nosotros, los costos de la energía bajo esta idea fundamental de que la energía es una mercancía. Esto, por supuesto, no es nuevo, es la lógica que tiene el capitalismo respecto de cómo se maneja con la cuestión energética, pero hay un recrudecimiento del traslado de los costos a los y las usuarias. Esto obviamente tiene un correlato muy claro, todos los aumentos van directamente hacia las empresas y las empresas están teniendo grandes márgenes de ganancias. Por ejemplo, Edenor tuvo ganancias por más de un 250% en el último año, esto habla un poco de dónde se está relocalizando, la renta respecto de la cuestión energética. Han habido varios intentos de aumento de tarifas, es cierto que el gobierno en un punto lo frenó, también porque el aumento de tarifas significa inflacion, ahí hay una contradicción muy fuerte para el gobierno, porque sacar subsidios les permite avanzar hacia el déficit cero, que es uno de sus grandes objetivos, pero el aumento de tarifas genera inflación, que es otro de sus grandes objetivos. Entonces han buscado ahí un equilibrio para que no se dispare ninguna de las dos situaciones. Pero lo que es muy claro es esta búsqueda de privatización de distintos segmentos del sector eléctrico y además una unificación de los centros reguladores que se viene prometiendo y que finalmente todavía no ha ocurrido. Todo esto en miras, como decía, de buscar esa idea de avanzar en la privatización.

Una alerta acá muy importante, es posible que haya grandes cortes de electricidad durante el verano, va a depender del calor, pero hay una situación… Se conjugan varios elementos, como por ejemplo la salida durante varios meses de Atucha 1, que está en un alargamiento de vida, entonces está fuera del sistema; una menor carga de las hidroeléctricas de Brasil y Paraguay, de las cuales se compra electricidad en el país. Entonces va a haber ahí una ecuación muy compleja, sobre todo en el mes de febrero, que vamos a ver si es que logra sostenerse el sistema en ese contexto. Esto es una cuestión ampliada, es una cuestión histórica, que no es solo responsabilidad de este gobierno, pero que sin embargo le recae hoy una misión a un gobierno que ha mostrado que el cortoplacismo, esto es muy parte de la lógica del neoliberalismo, que el cortoplacismo ha sido su principal política. Digamos que no hay una política de Estado en varios elementos, de hecho, en mayo por ejemplo, el gobierno le tuvo que cortar el gas a varias de las grandes industrias del país porque no había planificado bien el ingreso de los buques de gas en ese mes.

Entonces lo que vemos en síntesis de este gobierno, que no está desarraigado de una política más general de buscar fortalecer algunos sectores en concreto, por ejemplo, a través de herramientas como el RIGI, que lo que busca es la ampliación del extractivismo en el país, la ganancia de unos pocos a costa de la mayoría de los territorios en donde habitamos. Entonces la situación que uno puede ver es ese avance de esta mirada de la energía como una mercancía.

En contraposición, nosotros creemos que es muy importante considerar la energía como un derecho humano, resistir las privatizaciones, defender los territorios en los cuales se está buscando esta explotación a mansalva. Porque finalmente lo que está en juego es la supervivencia de nuestras propias vidas, la necesidad de poder habitar los lugares de los que somos originarios, los lugares donde vivimos y además en buenas condiciones. Por eso es tan clave esta idea de la energía como un derecho humano, en el sentido de que nadie debiera quedarse sin los accesos mínimos de energía para vivir, por ejemplo en un verano tan caluroso como el que se nos viene.

Entonces, básicamente, la situación o el reparto de la situación actual es ese. Aparece Vaca Muerta como la gran promesa de futuro para el sistema energético. No hay grieta, ha sido una política de estado histórica. Sin embargo, hay muchos sectores que seguimos resistiendo a esa mirada y a esa forma de concepción de cómo debe ser considerada la energía en Argentina y en América Latina.


“Tenemos el desafío de construir cosas nuevas”

GUILLERMO FOLGUERA es, entre otras cosas, biólogo, filósofo, investigador del CONICET y profesor de la UBA. Es además una voz autorizada en temas que traten el extractivismo en todas sus formas y los males que acarrea para las poblaciones en general; aquí nos brinda una apretada síntesis sobre el primer año de gobierno “libertario”. Mucho agradecemos y valoramos su aporte.


Hola compañeras, compañeros del programa Borrador Definitivo, bueno, evidentemente la pregunta por este primer año del gobierno nacional que estamos teniendo arroja un montón de aristas con las cuales se puede abordar. Evidentemente, el gobierno de Javier Milei ha trazado un programa muy claro en cuanto a sus objetivos que, en los aspectos que yo más abordo, evidentemente involucra una profundización y expansión del extractivismo en donde la visibilidad más clara, más evidente, es la aprobación del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, pero que muestra ya desde el vamos que no se trata únicamente del gobierno nacional sino de la complicidad de la mayor parte de los gobernadores y de los municipios del país. Los extractivismos pueden tomar diferentes formas, tanto con la megaminería, fracking, off shore, agronegocios, pesca industrial, negocios inmobiliarios, forestales. Y evidentemente el gobierno de Javier Milei ha intentado avanzar, intenta avanzar fuertemente sobre acuerdos que se tenían y que producían al menos restricciones parciales, como en el caso de Mendoza y la megaminería, todo lo que significó el avance sobre Malargüe, los intentos también de avanzar sobre Chubut y también evidentemente profundizar la minería de litio. A todo ese mapa se le quitan evidentemente los pocos controles estatales y ahí hay denuncias, por ejemplo, de lo que está sucediendo en el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) y el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) que, aunque son instituciones a las que yo históricamente he sido crítico, pero evidentemente se trata de una aceleración de los problemas. Dicho de otra manera, todos los problemas que teníamos antes de diciembre (NdR: de 2023) se han agravado.

Por suerte no hay solo eso, hay una enorme cantidad de organizaciones y comunidades que estamos viendo cómo articular y resistir. Creo que ahí hay desafíos explícitos que tienen que ver tanto con una articulación de tipo espacial, territorial, encontrar de vuelta las llaves, las claves de aquellos saltos que significaron, por ejemplo, los levantamientos provinciales de Mendoza, Chubut y Jujuy, que tuvieron como ejes centrales el tema del agua; o las propias formas indicadoras, por ejemplo, de cultivar de otra manera, como la agroecología. Sin embargo, queda la sensación flotando, y me queda de manera personal y de los colectivos en que estoy, que tenemos el desafío de construir cosas nuevas, de articular en otras direcciones y de buscar salir de esta situación y de lo que nos están ofreciendo, que es un individualismo extremo y una especie de sálvese quien pueda institucionalizado.

En este sentido yo creo que, por ejemplo, como parte del movimiento socioambiental, tenemos la necesidad imperiosa de articular muy claramente, o mucho más claramente, con los organismos de derechos humanos, con los pueblos originarios, con el movimiento feminista, con diferentes gremios. Claro, todo eso, para las personas que están leyendo esto quizás se señale y diga: No hay tiempo, el momento es ahora y más años de Milei sería efectivamente una catástrofe. Yo acuerdo con eso, pero también tengo la sensación que no hay atajos para esta salida, que necesitamos construir verdaderamente una alternativa que nos lleve a una realidad distinta a este 60% de pobreza o a niveles de destrucción ambiental absolutamente inédito. Estamos hablando de un país que multiplicó por 10 la pobreza en 50 años, que tiene prácticamente 80 transgénicos aprobados y niveles de deforestación y desmonte que no hacen más que multiplicar y profundizar las sensaciones de que acá no hay atajos, no hay posibilidad. El agua no se renueva fácilmente y si tenemos el agua contaminada, los cultivos también van a estarlo y por ende los alimentos y la salud de nuestros pibes también. Para eso necesitamos, me parece, volver a preguntarnos qué queremos, qué deseamos, cuáles son nuestros caminos en este 2025 y juntarnos, juntarnos colectivamente, tratar de abordar de manera colectiva, comunitaria, la diversidad que tenemos y una diversidad que nos permita construir otros mundos.

Les mando un abrazo enorme a tantos y tantas compas de ahí, queridos, de Borrador Definitivo y a la radio La Retaguardia. Gracias por todo.


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