Artículo publicado en conjunto con La Retaguardia

Lo dijo la actriz Valentina Bassi, madre de un paciente con Trastorno del espectro autista, en el marco de la gran movilización por los derechos de las personas con discapacidad llevada adelante el 20 de noviembre. En su paso por el programa radial Borrador Definitivo, Bassi denunció los recortes por parte del Gobierno de Javier Milei y la falta de cumplimiento de la Ley de Discapacidad. 


Entrevista: Juanjo Lazzari
Redacción: Agustina Sandoval Lerner
Edición: Valentina Maccarone
Foto: @CarlaCarrizoAR

Tras el masivo reclamo de prestadores de salud y educación, familias y profesionales del colectivo de la discapacidad en la Quinta de Olivos, la actriz Valentina Bassi denunció el fuerte ajuste que están recibiendo por parte del Gobierno de Javier Milei. “La verdad es que estamos muy preocupados. Ya es la segunda marcha grande de este año donde se unen todas las asociaciones de personas con discapacidad en la Quinta de Olivos. Mamás, papás de personas con discapacidad, prestadores, terapeutas, escuelas, personas con discapacidad, estamos todos muy preocupados, porque están asfixiando al sector de una forma muy cruel”, dijo Bassi, quien es madre de un paciente con Trastorno del espectro autista (TEA). 

—Estos recortes en los que avanza el gobierno, ¿qué consecuencias van a tener? 

—En principio, debo aclarar que la discapacidad venía en emergencia desde hace años, no es nuevo. Hace muchos años que, gobierno tras gobierno, está cada vez más debilitada. Cuando entró este gobierno, todo el sector discapacidad estaba muy debilitado, muy atrasado. Entonces, el golpe es mayor, porque no es que entramos fuertes. Cada vez tenemos menos espalda. Lo que sucede es que los aranceles que se fijan para los terapeutas, acompañantes terapéuticos, centros de día, hogares, escuelas especiales, transportistas, son bajísimos. Con todos los tarifazos que hubo, están alcanzando, según el sector, 50 o 70% de los costos operativos, de los costos de funcionamiento. Por eso nos asusta. ¿Qué va a pasar el año que viene si esto sigue así? Van a empezar a cerrar las instituciones, las escuelas, los centros de rehabilitación, los hogares que albergan a discapacitados que no tienen familia, los transportistas empiezan a cerrar o se empiezan a achicar. 

—¿Qué pasa con los chicos que tienen alguna discapacidad y están en hogares, sin familia o con una de bajos recursos?

—El achique ya se empezó a ver, empezó a quedar gente afuera. Mucha gente se queda sin ir a los lugares de rehabilitación y no tienen otra que quedarse en su casa. Si son menores, se tienen que quedar al cuidado de alguien. Además, el futuro de estas  personas también preocupa. A medida que tienen los apoyos, te permiten soñar y apostar al futuro con personas que los necesitan. Y los familiares también necesitan apoyo. La verdad es que por eso la preocupación es muy grande, porque no parece haber en el gobierno la más mínima intención de hacer una mejora en el sector. Quieren dar de baja 200 mil pensiones por discapacidad. Siempre empieza la campaña de demonización, de decir que las personas con discapacidad en realidad son corruptos. Hay mucha gente que recibe pensiones por discapacidad y la necesitan para poder mejorar su calidad de vida. Encima tenemos que soportar una campaña de denigración. La verdad es que es muy cruel. Entonces, por más que siempre estamos batallando y gobierne quien gobierne, hay que estar exigiendo lo de siempre. Ahora, es el peor momento en muchísimos años, sin lugar a dudas.  

—¿Se está aplicando la Ley de Discapacidad en este momento? 

—La Ley de Discapacidad está muy bien y con un arancel único. Cualquier persona con discapacidad, ya sea que tenga la prepaga más cara o una obra social chiquitita, puede acceder a las terapias. La ley apunta a una igualdad de condiciones entre las personas con discapacidad. Lo que pasa es que se tendría que cumplir la ley y para subir los aranceles, para fijar los aumentos, hay dos personas del gobierno y una persona del colectivo de discapacidad. Así siempre se fijó, más o menos, en una mínima negociación. Con algunos gobiernos mejor, con otros peor. Pero ahora realmente no genera interés y, además, viene acompañado de esta demonización.