Este sábado y domingo 17 y 18 de septiembre, como parte de la Acción Plurinacional por los Humedales, organizaciones y militantes en defensa del medioambiente de Rosario cortarán el puente Rosario-Victoria. Charlamos sobre el tema con Fernando Mut, docente rosarino, militante ambiental y miembro de la Marcha Plurinacional de los Barbijos.
Entrevista: Juanjo Lázzari
Como parte de la Acción Plurinacional por los Humedales, este sábado 17 y domingo 18 de septiembre se dará, finalmente, el corte del puente Rosario-Victoria. La acción estaba programada para los días 3 y 4 de este mes, pero fue reprogramada por una serie de factores políticos y organizativos surgidos a partir del fallido atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández. Pero estos hechos de coyuntura no pueden, de ninguna manera, suspender la lucha por la protección de la vida y la naturaleza, como tampoco se detiene el avance del modelo extractivo, más bien al contrario, cada vez se da con más ahínco, de la mano de las negociaciones del Superministro Massa en el exterior. En el marco además de la impunidad con la cual sectores del poder están quemando Córdoba, San Luis, Mendoza en este momento, y la intensificación escandalosa de los incendios intencionales sobre las islas de Paraná que están inundando de humo nuestras ciudades, frente a las promesas -incumplidas todas- de los gobiernos al servicio de los intereses extractivistas.
Aprovechamos, entonces, la ocasión para publicar esta muy interesante charla que tuviéramos con Fernando Mut, docente rosarino, militante ambiental y miembro de la Marcha Plurinacional de los Barbijos, que comienza hablando de un tema ineludible desde hace ya tiempo en nuestra región: los incendios en el Delta del Paraná:
«Estamos con el humo en la nariz, el humo en las casas, en los patios, en los pulmones, en los pulmones de nuestros hijos e hijas. Pero el humo es solo una parte: la que se ve. Cuando se va el humo el problema sigue, pero no hay la misma respuesta por parte de los funcionarios; y parecería que no hay más fuego, y el fuego nunca paró. Hace tres años que estamos con fuego permanente en todo el Delta. Por supuesto ahí enfrente de San Nicolas, de Rosario, de Villa Constitución, San Pedro, Santa Fe… y el fuego en todo el país también, porque se están quemando hectáreas y hectáreas en Córdoba, en el sur, en Corrientes el año pasado… la situación es muy grave”.
Borrador Definitivo- Te escuchamos relacionar estas quemas con otras en el país y entendemos que hay un elemento que va cruzando la realidad cotidiana de la Argentina que podríamos definirla como extractivismo puro. ¿Esto es parte de lo mismo?
Fernando Mut- Exacto. Nosotros con los compañeros y compañeras que nos venimos reuniendo hace un tiempo, dentro de la Marcha Plurinacional de los Barbijos, pero también dentro de todas las organizaciones sociales que la conforman y algunas que están por otro lado, venimos caracterizando la situación como la lucha contra el extractivismo. Esto no es problema del Delta, no es problema del fuego, y tampoco es un problema exclusivo del agronegocio y de la ganadería, como algunos dicen. Acá hay muchos intereses en juego, y a todos esos intereses los sintetizamos y los reunimos en esta cara y en esta cabeza del capitalismo que llamamos ahora extractivismo, pero que en definitiva es el capitalismo. Los zapatistas hablan de las cabezas de la Hidra capitalista, sus distintas cabezas y una de esas cabezas es la que nos encontramos ahora y está bueno entenderlo de ese modo porque tenemos más claro dónde está el enemigo.
El tema del Delta, de las quemas, no tiene que ver solo con un foco, sino que tiene que ver con una política de estado que está fomentando la realización de todas las cosas y males posibles contra el bien común, en pos de acumular capital para la deuda externa. Pero va más allá de la deuda externa, tiene que ver con el capitalismo mismo. Nosotros estamos encontrando que, además del tema del agronegocio, expansión de la frontera agrícola, instalación de ganado intensivo en una zona donde nunca la hubo, también hay negocios con la especulación inmobiliaria. Y hay otro negocio que es súper interesante para analizar, y del cual mucho no se habla, que es el de las areneras que están en nuestro Delta y que muestran las relaciones entre las distintas caras del extractivismo: para que Vaca Muerta pueda funcionar, necesita arena que se extrae del Delta.
Entonces, cada gobernante que va llegando, lo que hace es profundizar el modelo. No encontramos todavía ninguno que vaya para atrás. Ahora asumió Massa y lo primero que dijo fue que va a seguir fomentando este tipo de modelo. Alberto (Fernández) profundizó el modelo y en la pandemia aprovechó para seguir avanzando y cada uno de los que estuvieron antes también.
BD- En las últimas semanas hubo un estallido de hartazgo con el humo, con una marcha multitudinaria en Rosario, y otras menores en casi todas las localidades rivereñas (Ramallo, San Nicolás, Villas Constitución etc.); en general casi todas terminan pidiendo, como salida de fondo, la ley de humedales. Más allá de la diferencia entre el proyecto elaborado colectivamente con este proyecto vaciado que presentó el Ministerio de Ambiente, ¿creés que pueda ser, una ley, una salida de fondo para esta situación?
FM- Estamos como en un plano de contradicciones. Nosotros creemos que la lucha por la ley es una lucha importante, pero no porque confiemos en que una ley va a cambiar las cosas sino porque lo que ha hecho la ley es unirnos para poder visibilizar un problema que no se estaba viendo. Después cada grupo, cada organización, tiene su mirada respecto a la ley en si misma. Coincido con tu planteo: Las leyes existen, pero no se cumplen porque obviamente el estado no va a hacer cumplir una ley que va en contra de sus intereses. Eso es muy difícil. De todas maneras, sí nos parece importante la ley en el sentido que ha permitido organización, lucha, que mucha gente se una a experiencias importantes como fueron acá en Rosario los cortes del puente o los acampes que hubo. En Rosario, además del acampe del puente hubo un acampe en la plaza San Martin, frente a la gobernación, que duró más de cuarenta días y eso fue muy importante a nivel de acumulación de experiencia de lucha. Todo eso en torno a la idea de la Ley de Humedales. Por otro lado, la reunión de las organizaciones para discutir algunas ideas importantes. Pero la ley, por supuesto, no alcanza. Es una excusa como para juntarnos a luchar. Por lo menos nosotros lo vemos así.
BD- ¿Cómo ves el estado actual de movilización y participación en Rosario alrededor del tema?
FM- La movida que se hizo el miércoles (10/08/22) fue más que interesante. Primero porque fue mucha gente y porque fue una movilización que no fue convocada específicamente por ningún grupo en particular, sino que fue variada, y sobre todo porque se generó una asamblea espontanea que fue muy interesante. Te digo la verdad, no estaba esperado y fue muy bueno porque es algo que siempre quisimos que pasara y no venía pasando, pero bueno, pasó en esta oportunidad. Pasó de una movilización y que la misma se convierta en asamblea y en la misma surjan propuestas y una fuerza que a veces va para adelante y otras para atrás pero acá fue bien para adelante. De ahí surgió esta idea de volver a cortar el puente. No estaba definido eso anteriormente. (El corte que menciona Fernando, se realizó el sábado 13 de agosto; posterior a esto vinieron otras acciones, hasta llegar a la convocatoria original de la Red por los Humedales del 3 y 4 de septiembre que mencionamos arriba, reprogramada para e próximo fin de semana).
Lo que nos ha pasado es que 2020 fue un momento de mucho auge de esta lucha, pero después hubo un freno que vino por distintos lados. Obviamente el gobierno trata de cooptar a las organizaciones, a la militancia, y a veces eso también funciona.
Pero en la actualidad, sí hay en común, y cada vez más fuerte, una desconfianza al accionar del estado que al principio de la lucha no estaba tan clara y ahora sí. Muchos grupos que al principio confiaron ya no lo hacen más, ya se dieron cuenta que el estado no va a solucionar nada y que el estado es responsable, que reunirse con el intendente o el gobernador no tiene mucho sentido, que por el lado del Ministerio de Ambiente Nacional lo que vamos a encontrar es lo que hicieron: un proyecto de humedales paralelo, que más que un proyecto de humedales es un proyecto anti humedales. Y esa desconfianza está buena porque te ayuda también a clarificar para qué lado ir. Son discusiones que ya están más avanzadas y que hace dos años recién se empezaban a dar: cómo es nuestro vínculo con el estado y qué esperamos y qué no.
BD- A pesar del humo, podríamos decir que por lo menos esto está un poco más claro.
FM- Tal cual… humo te venden siempre, este proyecto que presentaron (de Ley de Humedales) es un proyecto “vende humo” además de ser sumamente mentiroso, ya que están planteando que es un proyecto consensuado y no lo hicieron con nadie. El COFEMA, que es el Concejo Federal de Medio Ambiente, es un organismo fantasma porque nunca hizo nada. Lo primero que hacen es esto. Si bien existen hace muchos años, lo único concreto que hicieron es esto: un proyecto en contra del proyecto que se viene trabajando y consensuando por parte de un montón de organizaciones de distintos lugares, porque el tema de los humedales muchas veces se identifica mucho con el litoral pero la definición de “humedal” que presenta el proyecto consensuado piensa el humedal de una forma más amplia y es así que nos encontramos con humedales en la Puna, en la Patagonia, en distintos lugares del país y no solo el Delta del Paraná.
BD- Al principio hablábamos de todos estos conflictos que por la misma razón se vienen dando en todo el país. ¿En qué estado está la necesaria unidad, para encarar una lucha nacional en contra de estas políticas extractivistas?
FM- Los canales están abiertos desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, lo que es la Unión de Asambleas de Comunidades (UAC), que existe desde el año 2006, donde se reúnen asambleas de todo el país, y en algunos momentos se han generado acciones conjuntas en los distintos territorios. Porque la movida ambiental tiene sus particularidades que la diferencian de otras movidas políticas, por ejemplo, la presencia muy fuerte de las Asambleas. Las asambleas en general están formadas por vecinos y vecinas que discuten en forma horizontal o por lo menos con intención de horizontalidad, tratando de llegar a consensos. Y dentro de lo que es la UAC se han reunido, en su momento, asambleas importantes de las cuales todos hemos aprendido de sus luchas: los conflictos que hubo sobre megaminería en Catamarca, con las asambleas de Mendoza, con las de Chubut, las del Litoral que son muchas y muy importantes, que tienen muchos años de experiencia y que han logrado algunas cosas, avances.
Pero falta en ese sentido seguir sumando. Creo que el camino es ese. Es el paso hacia una organización más grande, que sería una organización hasta te diría internacional. Porque las corporaciones no dividen en estado-nación; dividen en regiones con sus propias repúblicas. Entonces también en ese sentido, las resistencias van surgiendo a nivel regional. Por ejemplo, el litoral está muy unido con las luchas que llevaron adelante organizaciones ambientalistas de Uruguay y han avanzado bastante en unidad cuando fue el tema de las papeleras. Cuando los estados argentino y uruguayo trataron de mostrar esto como un enfrentamiento entre países, fueron las asambleas de vecinos y vecinas de los dos lados de la orilla, los que plantearon que en esta lucha no había fronteras.
Estas son cosas que quizás no son tan conocidas, tan visibles pero que vienen surgiendo desde hace rato. Particularmente confío en ese movimiento más que en otros más tradicionales que están surgiendo paralelamente y que buscan cierta unidad, pero desde las prácticas políticas más tradicionales, como la de los partidos políticos.
BD- Seguiremos muy atentamente toda esta situación y seguramente te volveremos a convocar, abusando de tu generosidad y te agradecemos mucho por este tiempo que nos has dado.
FM- Espero haber sido claro y aquí estamos para lo que necesiten.